viernes, 20 de junio de 2014

A Felipe

¿Recuerdas aquella vez que no me dejaste cagar? Imagina eso tres veces. No tengo GPS, la “ruta 2” o la “euroruta 15” son un maldito pedazo de terracería; camino del lago al rancho.

No quiero seguir bajando a velocidades nunca antes vistas por mi bicicleta citadina, entonces, apenas una ambivalencia en los impecables letreros suizos, me enfrento masoquista a la subida más ingenierilmente tortuosa. Hay que ascender culeando hasta la carretera 19. Son apenas 20kgs extra, nada mas. Obviamente subí eso en primera, en primera instancia me bajo y empujo o jamás volveré a tener piernas.

Es irracional o simplemente sádico disenar carreteras de así, sospecho que algo va mal en el minuto 15 de la espiral elongada... Me tomó un poco de “excusez-moi, monsieur,” era cartero “la route 2 pour Schluein”. Su alemán, inglés, francés se entremezclan en un sólido “No, no”. Me dice a cachos que debo bajar de nuevo, tomar a la derecha, seguir infinitamente la senda hasta salir del bosque. Primero le agradezco, luego maldigo.

Dicen que las bajadas no cuentan. Difiero. Por primera vez rompí mi record de 40km/h. Déjame decirte algo, Felipe, a 52km/h sobre terracería y con 20kgs a la espalda, ni tú, creyéndome lo más gordito del mundo, podrías haber evitado que me cagara.

 [13-06-14//15-06-14]

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