domingo, 20 de mayo de 2012

Aula I

Valeria parpadea muchas veces por segundo; tal vez dos o cuatro. Entre los relampagueos claros mira con ojillos sorprendidos –o ausentes- a los oradores.
      Me gusta que su fleco corto y recto encuadre su nariz pequeña y enaltezca sus pómulos curvados.
      No habla mucho, pero cuando lo hace dice poco. Asumo que compensa por las horas que se leen en su cabello cobrizo, rizado y largo.
      Valeria parpadea muchas veces por segundo, y parece que no escucha cuando cierra los ojos. Digo que no escucha porque cuando parpadea sonríe y me entretiene tanto su sonrisa, que cuando Valeria parpadea, yo no escucho.