lunes, 26 de octubre de 2009

Capítulo I

“Tal vez hubiera muerto allí dejando un nombre manchado por la calumnia,
si los ingratos romanos no hubiesen vuelto a necesitarle para salvarse de los galos,
el último y más grave peligro del que tuvieron que defenderse
antes de iniciar la gran conquista”

(I. Montanelli, Historia de Roma)

-Me preocupa que estés así Emilio. Sabes perfectamente que puedes confiar en mí…

Un hombre sentado en una silla en medio de un estudio nada modesto pareció responder al nombre. Levanto la cabeza y la ladeo de modo tal que podía ver, aunque apenas, al interlocutor. Esbozó una sonrisa sínica antes de reír con pesadumbre. “Mira Guzmán, el hecho es que estoy aquí, en ese maldito librero vas a encontrar todo lo que necesitas. Así que porqué no te dejas de estupideces y te largas con lo que quieras.”

Guzmán le dio la vuelta a la silla. Miró a Emilio de arriba abajo. Levantó el revólver hasta su frente y lo presionó ligeramente sobre la sien.
-Tú bien sabes que para que tres personas guarden un secreto dos de ellos tiene que estar muertos, Emilio- lo dijo mientras una lágrima se escurría en la punta de la nariz- Tú ya te deshiciste de Corzo. Y a ti no te va a extrañar nadie mas que yo.-

El humo de un disparo a quemarropa aún levitaba delicado sobre la espalda de Guzmán cuando Emilio salía del estudio de su propia casa, convencido de que jamás volvería a ella. Corzo le miro de soslayo. No era una mirada de desaprobación, no era expectante… era una mirada quien había terminado de entender lo que veía frente suyo.

-Entonces… ¿sabías que no estaba muerto?-
-Lo sospechaba.
-Lo sabías.
-Mira Corzo no entremos en detalles ahora. Tú y yo sabemos que esto se convirtió en una estúpida carrera entre tú y yo. La gente de por si sospechaba que te había matado.
-Lo intentaste…
-Ese no es el punto, el punto es que hay un maldito cuerpo en el estudio de mi maldita casa. Cuando muere un donnadie como tú, las pistas son fáciles de cubrir. Cuando hay un senador con un maldito agujero en la espalda estoy jodido, ¿me entiendes? Guzmán tenía comprados a todos los malditos puestos altos en esta ciudad. Y para como era él, tenía todo planeado por si lo matábamos. El imbécil dejó de alguna manera la información necesaria para delatarnos y tu trabajo es averiguar que carajos fue lo que dejó ¿me entiendes?
-¿Y por qué yo? Dame una razón real por la cual no deba darte un tiro.
-Primero porque tu estas muerto. Segundo… porque tu estas muerto.
-Si estoy muerto no me pueden culpar de tu asesinato, ni el de Guzmán.

Emilio sonrió mientras se subía a uno de sus autos. Miró fijamente a Corzo. “Sabes, cuando dos mentes piensan en lo mismo la única diferencia es la maldita suerte.”

El auto arrancó dejando a Corzo solo en el garaje. Guardó el revólver en uno de los bolsillos de su gabardina. Maldijo para sí mismo. Encontró las llaves de una de las camionetas y arrancó rumbo a la casa de Guzmán.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Sueños

Sentado en medio de la sala, el hombrecillo, empequeñecido ante la sombra inmensa de si mismo reflejada en la pared a causa del fuego improvisado, rompió en llanto. Recitó casi imperceptible un centenar de blasfemias. Luego, exangüe, calló dormido.

La mañana siguiente, entumido, levanto el polvo para apagar el fuego, sopló contra el hollín en la pared generado por el fuego y, maleta en mano se retiro del edificio derrumbado. Las calles a rebosar de los hombres se siguieron una a la otra sin rumbo definido, ya perdido entre laos callejones de la parte vieja de la ciudad encontró otro edificio derrumbado. Se acerco a lo que alguna vez fue una sala.

Con un poco de licor y alguna tela seca y lo que restase de una silla, encendió un fuego. Se regocijó ante la figura imponente de la silueta de si mismo proyectada en la pared. Después, y mientras la contemplaba, rompió en llanto. Esta vez, sin recitar blasfemia alguna, calló dormido.

La mañana siguiente, entumido, levantó el fuego para, maleta en mano, retirar la pared generada por hollín y derrumbar el edificio. Rebosantes, sin rumbo, los hombres siguieron los unos a los otros y, empequeñecidos ante la sombra inmensa del hombrecillo, perdieron la vieja ciudad entre las calles.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Historia de amor imaginaria en cuatro tiempos

I Y aún ahora cuando te veo
Oler los aromas de tu cabello
Besar tu cuello
Susurrarte al oído cuanto te quiero

Palidecer ante cada roce de tus labios y los míos

¡Ay! Amor mío, si existieras.

II A veces pienso que tú naciste
Para hacerme el amor
Y que nací yo para hacerte reír.

Por eso no me importa que rías
cuando hacemos el amor

III Aunque sea solo una sonrisa amarga
La ultima despedida del deseo
Dime aunque sea que me desprecias
Que me aborreces ¡que ya me vaya!

Pero simplemente callas, mujer
porque tu silencio son sentencias
muerte tan tajante, anunciada,

IIII Y al final esos gritos despapanantes, esa furia que creo que me contengo quiero en mis brazos sonstenerte y destazarte, luego un beso , una caricia y que me ames sin amarte. Que rindas a ti todos tus deseos y que yo con la mirada te deshaga, quiero también y al mismo tiempo que lo sufras, que te arrastre que te duela que te vayas.

Tanto tengo que decirte, no digo nada.

Tanto quiero lastimarte

Tanto daño quiero hacerte y que me hagas


¡Ay! Amor mío, si existieras.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Pitágoras entre Conceptio y Turri

-Míralo, estéticamente… es bello- dijo Morfin con el cigarrillo a medio consumir a la altura de los ojos.
-No, no lo es- espeto desafiante Campero
-¡Pero si es arte!- exclamó el músico en voz baja
-No no, para que sea arte tiene que provocar una reacción física en el observado- mencionó al ahí-se-va Rod
-Para de joder, la pornografía sería la mayor expresión artística de todos los tiempos- intervino de Paz irritado
-Mira, para que sea arte tiene que ser creado con la única finalidad de ser arte. Y ese cigarrillo tiene finalidad, por eso no es arte- aclaró Leo con su voz de Buda
-Ya sé, por eso me lo fumo- rezongó Morfin al dar la última bocanada.

Sonreíste un poco, con la mirada perdida. “Esta bueno, a lo mejor lo escribo” Con el agua mineral un tanto esparcida por la mesa, calmando la ansiedad con un chicle recién comprado volviste alejar la mirada. Preguntaste algo al viento, o a mí, o a mí y al viento. “Tal vez una pierda” te dije mientras un buen ejemplar salía de mi morral y se depositaba sorda en la mesa a las afueras de un café, en una esquina redonda frente a un parque, escondido detrás de un enjambre de puentes peatonales. “Me la trajeron de Chile, de una reserva. Mira, tiene la particularidad de acomodarse perfectamente en mi mano”

“Jaque Mate” me miraste incrédula. Movimos las piezas, uno, dos, tres turnos… “Jaque Mate” dijiste sonriendo mientras tu torre y tu reina me acorralaban en la esquina de un tablero de plástico-papel…

-Y no, esas cosas no pasan… creo que no pasan… ¿pasan?- Mis brazos se cruzaron de nuevo después de dejar los cubiertos sobre el plato
-Pues a mí me pasó, ¡dos veces!-
-Mierda, pues… mierda-

“Si te gustó te la puedes quedar” dije sonriendo. “Es solo una piedra, tal vez un día me la regreses” Sonreíste.

Sí, a mí también me gusta el verde

martes, 25 de agosto de 2009

Tengo la ligera Sospecha I

Y aunque digan algunos que la comunicación entre dos individuos es apenas ¡no hablar de la comunicación colectiva! Me parece que dentro del pequeño mundo de significaciones acordadas (tacitas o no tacitas) Verbum Iussum….

Por eso digo que no es lo mismo el hombre solo y el hombre solitario. El hombre solitario es consciente y propicia su solitud; el hombre solo es aquel que incapaz de reconocerse como ente necesitado de sí mismo, se encuentra rodeado de soledad en medio de multitudes. Para los rigurosos sé que estoy yendo en contra de las definiciones, donde normalmente estar solo es un momento en el espacio donde no hay nadie (nada) más, mientras que estar en solitario es (además de un juego virtual de cartas para oficinistas aburridos) un estado mental en el que se añora la compañía.

¿Por qué entonces ir en contrapartida de estas marcadas diferencias? Primero porque el progreso lo generan los inconformes, segundo porque aduras penas la gente sabe las definiciones reales, tercero porque me parece que las palabras pueden tener significados diferentes siempre que generan sensaciones además de ideas… cuarto: tengo unas cuantas horas libres y en mi muy literaria naturaleza me pareció prudente hacer esta distinción.
Ahora bien. Insisto en que el hombre solo es aquel que siente (aunque no sea consiente) la “soledad”. Son todos aquellos que en un mundo agitado viven sin detenerse a contemplar en solitud. El solitario por otro lado aprecia la compañía y la atesora, pero también desea la soledad porque comprende que la única comunicación real con el mundo es la que pueda tener consigo mismo.
Tengo la ligera sospecha, de que Noumenario, en general los Aprendices del Demonio de Laplace si bien llegamos a estar solos… es más bien común que atesoremos nuestra solitud… Y ya una vez arrastrados por el deseo/necesidad de comunicar nuestra realidad (aunque apenas) nos congregamos en armonía, o no.

aSalaam’ Alaykum
D. PAz

http://noumenario.wordpress.com/

viernes, 24 de julio de 2009

Y no pude sino recordar aquellas palabras: I, at any rate, am convinced that He does not throw dice

A todo esto… Aquí va la explicación. Estabá yo escuchando en shuffle mi música ( y la de mí papá y sus colegas, osea unos 250Gb) tocó Que puedo decir mientras entrebuscaba en mi librero del que cayó Things Fall Apart del buen Achebe… unos minutos más tarde, mientras releía el poema de Yeats, mi hermano prendió la tele en HBO donde presentaban LOTR The Two Towers, justo en aquella memorable escena que, pese a lo algunos ingenuos piensan, no escribió Tolkien…

Y no pude sino recordar aquellas palabras: I, at any rate, am convinced that He does not throw dice. (Einstein)

“¿Por qué en el mundo hay tanto dolor?
¿Por qué se hacen las guerras?
¿Por qué se siembra el miedo?
¿Por qué violamos a la Madre Tierra?
¿Por qué se mata en nombre de Dios?
¿Quién inventó las banderas?
¿Por qué agonizan personaspidiendo auxilio en nuestras fronteras?”
(SkaP)*

Sam: “I know. It’s all wrong. By rights we shouldn’t even be here. But we are. It’s like in the great stories, (…). The ones that really mattered. Full of darkness and danger they were. And sometimes you didn’t want to know the end. Because how could the end be happy? How could the world go back to the way it was when so much bad had happened?” (Fran Walsh and Phillipa Boyens)**

“Turning and turning in the widening gyre
The falcon cannot hear the falconer;
Things fall apart; the centre cannot hold;
Mere anarchy is loosed upon the world”
(W.B Yeats)

“…But in the end, it’s only a passing thing, this shadow. Even darkness must pass. A new day will come. And when the sun shines it will shine out the clearer. Those were the stories that stayed with you. That meant something, even if you were too small to understand why.(Fran Walsh and Phillipa Boyens)

“…En ti pongo mi esperanza, semilla de nuestra sangre
mi amor, mi niña, mi vida, ver tu sonrisa es un soplo de aire
El futuro es una canción, te canto a ti, compañero
tienen que ver nuestros hijos que el mundo tiene que tener remedio”
(SkaP)

“But I think, Mr. Frodo, I do understand. I know now. Folk in those stories had lots of chances of turning back only they didn’t. They kept going because they were holding on to something.Frodo: What are we holding on to, Sam?Sam: There’s some good in this world, Mr. Frodo. And it’s worth fighting for.”
(Fran Walsh and Phillipa Boyens)

*No logré encontrar quien en especifico es el letrista
**Si lo escribieron entre los dos, pueden verlo en el material extra de la version extendida; no participó P.J. en ese guion.


Mientras creeamos crearemos y eso nos hará libres…
As-Salāmu `Alaykum

jueves, 23 de julio de 2009

Enodatio

¿Y si murieras mañana? La pregunta surgió desde lo más recóndito de la mente. Atravesó valles de ideas, mares de sueños, nubes de deseos y abismos de ignorancia, sólo para dejarse escurrir como una pequeña gota de agua en el pozo de la conciencia.

Hace 20 años, de entre todas las posibilidades, de la unión de un hombre y una mujer, fui concebido. Eso no lo decidí yo. En el momento del parto no lloré, no me moví, no respiré. Mi pulmón derecho estaba colapsado. Pude haber muerto, pero decidí vivir. Hoy enfrento la mayor de las consecuencias; vivir. Y, por alguna circunstancia, una pregunta que nació casi inocente en alguna parte de mi recóndito cerebro, abrió mis ojos a la única realidad inminente: voy a morir.

Me encontré dentro de las posibilidades infinitas de lo que pudo ser mi vida, con una familia rodeada de libros. En los libros conocí mis primeras palabras, mis primeros sueños. Leí la palabra “Dios” y sus letras me envolvieron durante renglones y párrafos y páginas hasta toparme después con la palabra “religión” y el concepto divino desapareció en la vergüenza de la hipocresía ajena. Y más tarde encontré en páginas muy distintas “La religión es el opio del pueblo” y creí en las palabras de Karl Marx, y amé la frase y la volví parte de mi camino. Dejé por ese entonces mis libros y viví, viví solo un poco. Viví para recordar a mi abuela paterna enferma, viví para verla agonizante, en ese momento me vi obligado a ponerle una coma a Marx; Si la religión es el opio del pueblo… entonces la fe es la salvación del hombre. Porque si bien mi abuela proclamaba la religión a diestra y siniestra no fue la religión quien la hizo caminar los últimos días de su vida después de años de incapacidad, sino su fe.

En ese momento sólo comprendía la palabra fe, pero la palabra muerte era un concepto alejado de mí ser. Una irrealidad, una fantasía como cualquier otra fantasía de infantes. Por eso, cuando leí sobre heroicas batallas y guerras jugué a matar. En ese entonces leí “La guerra es el arte de destruir a los hombres, la política es el arte de engañarlos.” (Jean Le R. D’Alambert) Entonces entendí dos palabras, destrucción y engaño. La destrucción, me dije, es parte natural del hombre…todo es un ciclo donde la destrucción es el comienzo de algo nuevo. El engaño, me dije, también es natural. Sin engaño no hay fe y sin fe solo se espera a la muerte.

Entonces puse a prueba mi vida, engañé y destruí. Me encontré entonces en medio de los problemas más grandes que alguien puede tener. La gente dejó de confiar en mí. Regresé corriendo a mis lecturas, pero no encontré nada. Una y otra y otra vez veía el engaño y sin embargo, comprendí algo nuevo sobre este, leí “los artistas usan la mentira para encontrar la verdad” (Alan Moore) y la verdad para mí era la fe. Entonces quise ser artista y me volví escritor por ser dibujante frustrado.
Entonces por mucho tiempo escribí ¿pero que sabía yo del amor? Del amor entonces escuché: "Yo pretendo que haya poesía en mi vida, y aventura, y amor, amor por encima de todo. No la artística impostura del amor, sino el amor que es capaz de derrumbar la vida, impetuoso, ingobernable como un ciclón en el corazón ante el que nada se puede, ya te arruine o te embelese. Yo debo sentir ese amor" (M. Normand. T. Stoppard) . Y entonces conocí a quien por mucho tiempo fue mi pareja, y cuando las circunstancias me obligaron a perderla comprendí que algo me habían quitado, que algo era distinto, conocí la palabra libertad. De la libertad leí mucho y mucho oí pero sólo algo me retumbo para siempre “la verdad os hará libres” (Jn 8, 32)

Entonces comprendí que si el engaño nacía para la creación de la verdad, entonces yo era libre. Pero comprendí que ser libre era mucho más. Pero eso lo aprendí después. Con el tiempo mis ojos fueron a dar con otras palabras "No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente" (Arturo Pérez-Reverte).

¿Y si muriera mañana? La pregunta surgió desde lo más recóndito de la mente. Atravesó valles de ideas, mares de sueños, nubes de deseos y abismos de ignorancia, sólo para dejarse escurrir como una pequeña gota de agua en el pozo de la conciencia. Si muriera mañana habría vivido bien, porque tuve la valentía de ser libre y en mi libertad amé y al amar encontré la fe para seguir afrontando mi libertad.