sábado, 30 de abril de 2011

La pericia y la pereza

Levantóse apenas con un gruñido primario. Observó con desenfoque propio de la lagaña e identificó como desconocida su locación. Bostezó, palpó torpe su tórax, encontró sus cicatrices ancestrales y súpose en el cuerpo correcto.
       Apestando su paso a vodka abandonó el desconocido lugar, saltó el cadáver en la sala y cerró los ojos al abrir la puerta. Habló como por vez primera y su balbuceo, símil al del crío, refirióse también a alguna madre.
      Hizo caso al poeta y no miró detrás. Siguió por la calle tapizada de despojos y desechos esquiándolo todo con pericia. Pronto, empero, frenó su paso y miró, como el gato mira al pájaro pasar, al hato harapiento erguido frente de sí. Olfatearon ambos al mismo tiempo y, al mismo tiempo, reaccionaron al opuesto; el Harapo dio dos pasos en reversa y al momento de dar la vuelta en retirada, recibió preciso un tajo de cadera a hombro.
     El Harapo cayó, fue esculcado y dejado como retazo nuevo en el tapiz de despojos y desechos.

sábado, 16 de abril de 2011

Murmuris obtrectator

Yo sé que ese de voz reverberante dirá que existen límites interpretativos, y concuerdo… Pero ¿has notado que los adjetivos posesivos que poseen homónimos no llevan acento? Me gusta pensar que en algún momento, tal vez fue el Quijote, alguien notó que acentuar la posesión individualista carecía de sentido.
Nuestro tampoco lleva acento, y es una pena, una pena para los colectivistas. Pero no para mí. Mira qué bonito se acentúa el I en mí, como I, ese yo en ingles que me es tan fundamental. Pero nada, no hay acentos.
Y, caray, si no puedo tildar lo que supongo mío, mira si pude. Pero si no pudiera. Al grano, mi propio argumenta me invalida.
Igual pienso que algún significado hermenéutico ha de tener. Algún esotérico al acento le dará propiedades míticas; ya lo veo venir; la maldición. ¿Cómo era? ¿Quién la dijo? Ya lo recuerdo, y dijo así: Que te cae el sol, y te da el cáncer.  Solo un sol, y además, te cae; mierda terror absoluto; para colmo lo sobrevives, pero acentuado, el cáncer; que también es sólo uno, porque cuando lo tienes, ¿qué importan los demás?
Aunque mira, demás, sí se acentúa. Y mientras busco qué demonios significa, o de dónde viene, noto 2222 correos; seguro se enfatiza, con tú como posición privilegiada.
Mira ya no me quedan tuercas, pero procuraré, cuando encuentre alguna, dejarla ahí, por si pasas. Tampoco me queda esperanza alguna de hacer sonar las cuerdas, lo que hago que suenen son siempre mis palabras.
Algún eje tenía esto, mira ún, que sólito se pierde, porque sólo se enfatiza. Tal vez no quede nada claro, y tal vez ese Eco tenga toda la maldita razón; habrá un límite, ahí te dejo, amigo… a tu interpretación. (Curioso, no parece que se tilde el adjetivo posesivo, pero en el ión [del griego que va] pierde y da algo, y nos carga)

martes, 5 de abril de 2011

Definiciones II

reptar2.
(Del lat. reptāre).
1. intr. Andar arrastrándose como algunos reptiles.

Despiértate. Con acento y todo. No. Despertarse es un término de lo más pretensioso en este caso. Reptar, por otro lado, reptar me gusta.  Reptar es un monstruo verde de proporciones variadas con unas placas moradas muy sáuricas tan atemorizante como el perfil de Tigger. Reptar también es lo que hace(n) Amaranta antes de la regadera, Enrique antes del café, Nair antes de su bicicleta…
Ya ni Rango repta tanto. Aunque también Rango repta, porque resulta ser que reptar también viene de reputare; y aunque el camaleón no desafíe a alguienes sino a algos me consta que le basta la definición.
Reptar pues también es ir de un lado a otro, sin notarlo, y si se nota, no importa, y si importa no por mucho. Al menos la lagartija se detiene a tomar el sol, cuando se le viene en gana… y tiene solo por preocupación al gato.