domingo, 11 de julio de 2010

Respira.

Perdido en una realidad absurda, observo. El cielo se ve tras el parabrisas, y la lluvia escurre por los marcos sin tocarme. El radio no funciona y casi a conciencia me pierdo de la música del rededor… en cambio en mi cabeza truena el rayo de la memoria y fulmina, como al árbol, a la torre desierta en la que descanso mi existir.

Se levanta tras de mí un violín y me despierta. Y prometo que no busco entrometerme pero a tu vida parece funcionarle la mía, aunque mientas y mintamos. Y aquí, en la cama entre ventanas, el frio lucha por calar más profundo… y mis huesos cual anciano… aún así me sobren las cobijas y del colchón me resta un rato, ya no aguantan.

Yo tampoco sé dónde está tan magnífico animal. Y también me parece inestable la estructura. El dibujo de la llanta crea estelas uniformes en los ríos fabricados del concreto… pero no son estelas en la mar, y los caminos ya están hechos. Y me huele el mundo a nada, porque dentro de este auto-cama-torre observo, perdido en una realidad absurda.

Respira toro, respira… que para vivir solo aire necesitas.

2 comentarios:

  1. a tu vida parece funcionarle la mia, aunque mientas y mintamos... simplemente genial. y entonces sigue sin pasar nada, y carajo! da risa, da por momentos coraje, pero tu lo has dicho los caminos ya estan hechos, no hay mar, no hay atardecer agradable con el sol bajando, solamente hay ciudad y en la ciudad termino por perderte en cada esquina...

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